lunes, 20 de mayo de 2013

Cuento colorido


Un mundo colorido

Una noche estrellada, la abuela Elena se encontraba en su mecedora muy pensativa, en ese momento llegó su nieta Camila con dos tazas de té y galletas de mantequilla, las puso sobre la mesa, tomó un banquito y se sentó junto  a ella y le preguntó:
-¿Qué piensas abuelita?
-¿Ves aquel árbol tan frondoso?
-Sí, es grande, ¿qué tiene?
-Justo ahí encontré un baúl.
- ¿Un baúl?

-Sí, cuando tenía más o menos tu edad, me gustaba mucho jugar en ese árbol y una tarde jugando con mi perrito Robbie, noté que rascaba en la tierra, de pronto comenzó a ladrar, así que me acerqué y encontré un pequeño baúl, lo saqué y le soplé con miedo de manera que se cayera la tierra en ese instante se convirtió en polvo mágico abriéndose así el baúl, yo quedé atónita pensando que esto era producto de mi imaginación, entonces miré a mi alrededor y me di cuenta de que Robbie se había convertido en un bello unicornio, miré a mi alrededor y todo había cambiado en ese lugar, nada tenía sentido, se hallaba una cascada que en lugar de descender, ascendía, los peces volaban y los pajaritos nadaban, los árboles no daban frutos, sino daban verduras, las nubes eran algodones de azúcar, pero a las afueras de ese paisaje tan bonito todo se volvió oscuro, las nubes grises, los árboles negros y todo estaba en total oscuridad de repente me topé con un castillo que era habitado por una hechicera muy horrorosa era tan fea que había decidido volver su mundo sombrío para que no fuera vista debido a su fealdad, para llevar a cabo su plan creó unas bombas que oscurecían todo lo colorido y bonito.
Entonces busqué la manera de salir de ese mundo, en ese momento un pez volador dejó caer una caja de crayolas marca mapita con piezas y se me ocurrió la idea de empezar a colorear con ellos, lo que la bruja había tornado oscuro. Una nube de algodón me envolvió y me trasladó hasta mi casa, sin que yo me diera cuenta.
-          ¡Ay abuelita! ¡Qué cosas dices!
-          ¡No mi cielito! Es verdad todo lo que te narré, mira para que me creas, te obsequiaré mi caja de crayolas.
-          ¡Orale! Gracias abuelita, te quiero mucho.

Autores:
Carmona Ramos Jessica Aylin
Cervantes Vera Yessica
Sorcia González Fernanda

2 comentarios:

  1. Jaja muy buen cuento
    algo muy entretenido
    felicidades excelente cuento
    y excelente blog !

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  2. interesante cuento
    buena redacción

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